Es muy frecuente que en las consultas del pediatra o de los fisioterapeutas pediátricos las familias preguntéis sobre qué pasa si vuestro hijo/a tiene los pies planos, que el niño camine con puntas hacia dentro o hacia afuera. Pero hoy en concreto os vamos a hablar del pie plano infantil,  esperamos que os aclare un poco y os tranquilice.

Hablamos de pie plano cuando el arco interno del pie está disminuido acercándose ese borde al plano de apoyo. Puede ser flexible cuando al levantar el dedo gordo de forma pasiva  o pedirle al niño que se ponga de puntillas el arco aumenta o rígido cuando esa disposición no varía de forma alguna.  

El pie plano infantil es un pie plano fisiológico, lo que quiere decir que es absolutamente normal hasta los 6 años de edad. A partir de entonces se determina que el desarrollo del arco interno del pie ha concluido.  

Si pensáis en como  empiezan los niños a caminar os daréis cuenta de que lo hacen con los pies muy separados y con el tobillo ligeramente inclinado hacia afuera. Además presentan mucha grasa en la planta del pie. Todo ello son estrategias de la sabia naturaleza para facilitarnos el aprendizaje del equilibrio al andar. 

En algunos casos la presencia de un pie plano que no se va “corrigiendo” con la edad puede estar relacionado con una falta de desarrollo estructural de todo el miembro inferior que de forma fisiológica, debería ir rotando hacia fuera. Si esto no ocurre puede que el pie quede plano hasta edad adulta.  Por eso es importante saber si se trata de un pie plano flexible o rígido 

Por tanto hay intervenciones que solamente se recomiendan a partir de los 6-7 años, como suele ser la prescripción de unas plantillas. En este caso siempre moldeadas por un especialista y de forma individual. Un buen profesional os asesorará y realizará dichos moldes.  La intervención quirúrgica nunca suele ser necesaria a no ser que el pie plano sea rígido y acompañado de otros síntomas como dolor o malformaciones severas a otros niveles. 

Hay cosas que siempre se pueden hacer antes de forma preventiva y aquí es donde el fisioterapeuta tiene un importante papel.  Las pautas y la información a la familia son imprescindibles.  

Lo que vamos a recomendar a continuación es en líneas generales y está encaminado a mantener un pie flexible, tonificado y capaz de adaptarse a las necesidades del terreno ya que está relacionado con un buen equilibrio 

Por ello, es importante que se preste atención a los hábitos posturales de nuestros hijos y evitar en la medida de lo posible que pasen mucho tiempo sentados en la misma posición durante las horas de juego en el suelo. Sabemos que especialmente en una etapa tienden a hacer w sitting o lo que es lo mismo culete entre talones. Habrá que pedirles que nos enseñen los pies una y otra vez para que no lo integren como postura preferida. Igual que si lo hacen siempre hacia el mismo lado, culete suelo y piernas dobladas.  

wsitting

Se beneficiarán también, como siempre, de nuestros juegos de tacto: cosquillas, masajes y de pasar mucho tiempo descalzos, por lo que habrá que ver que están en un entorno seguro y calentito.  

Vigilaremos también que calzado les compramos: hay un post muy interesante en esta web sobre este tema, pero os lo resumimos en que el pie se beneficia de un calzado lo más parecido a ir descalzo. Así permitimos al niño que desarrolle sus reacciones de equilibrio poco a poco.  

Y por último, una vez más nos ponemos pesados con el juego boca abajo del bebé, sí, porque favorece el desarrollo óptimo de toda la pierna y como os decíamos antes, el desarrollo del pie está íntimamente vinculado en lo que ocurre más arriba.