¿Qué es el COVID-19?

El COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más comunes son fiebre, cansancio y tos seca. Algunas personas pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual. Sin embargo, las personas de alto riesgo que contraen la COVID-19 desarrollan una enfermedad grave.

¿Cómo evitar transmitir y cómo protegerse del coronavirus?

  • Lavarse las manos a fondo y con frecuencia usando agua y jabón o un desinfectante a base de alcohol.
  • Mantener una distancia mínima de 1 metro con las demás personas.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
  • Cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato.
  • Permanece en casa si no te encuentras bien. Si tienes fiebre, tos y dificultad para respirar, busca atención médica y llama con antelación. Sigue las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.

¿Qué medidas se han establecido?

España actualmente se encuentra en cuarentena por el coronavirus, se establece el estado de alarma, durante quince días, que limita a lo imprescindible los desplazamientos de los ciudadanos y nos obliga a quedarnos en casa durante este tiempo.

En resumen, ¿qué debemos hacer?:

IMPORTANCIA DEL MOVIMIENTO EN EL APRENDIZAJE

  • El movimiento, un derecho universal del niño.

Son múltiples las investigaciones que demuestran que el niño se desarrolla a través del movimiento. ¿Pero qué significa que se desarrolla? Significa que el niño crea su autoestima, su concepto del yo, conoce su entorno y su propio cuerpo y se relaciona con el mundo a través del movimiento.

El movimiento conlleva gozo y deleite además de aprendizaje y por ello constituye un derecho universal de los niños que el adulto debe asegurar como acompañante de su crecimiento y educación.

Es el niño quien atiende su foco interno, el cual le hace buscar la posibilidad de movimiento especialmente en los primeros años de vida y es el adulto el que debe facilitar esa necesidad adaptando el entorno para saciar esa “sed” de forma segura.

Es, por tanto, un interés universal e inherente a su alma infantil que de ser desatendida podría crear importantes huellas en su desarrollo, en todas las áreas.

  • ¿Cómo viven el confinamiento los niños?

Pensemos en cómo se expresa un niño y en como regula sus emociones: Niño no te muevas tanto, ¿tienes que estar saltando mientras te lavas los dientes?, ¿os suena?.

El niño no tiene las mismas herramientas para expresarse que el adulto, no basa su discurso de forma tan exclusiva en lo oral ni en el sutil lenguaje gestual, sino que usa todo su cuerpo y si puede, el espacio.

El niño no tiene tampoco las mismas herramientas para regular sus emociones que el adulto (no decimos que sean ni mejores ni peores que las nuestras), tan sólo sugerimos la necesidad de reflexionar en que los niños tienen menos experiencia, están aprendiendo sobre sí mismos y su entorno a un ritmo diferente al nuestro y que su sistema emocional está desarrollándose y todavía tiene mucho más control la amígdala que el cerebro superior (encargado de filtrar antes de responder). Sus respuestas son más rápidas, más enérgicas, más físicas y corporales, por así decirlo.

La situación de confinamiento en la que nos hayamos afecta de forma especial a la infancia: los cambios extremos en sus rutinas, el miedo a lo desconocido, el distanciamiento entre iguales y la falta de ejercicio al aire libre (un estudio elaborado en EEUU concluyó que los niños manejan mejor el estrés y ansiedad través de la actividad física).

Por ello sugerimos que nos pongamos en sus zapatos y facilitemos en lo posible la regulación de su estrés (¿se siguen manteniendo abiertos los estancos con esta finalidad en la población adulta? quizás haya que reivindicar alguna medida que facilite también esto con nuestros pequeños).

A continuación, os presentamos algunas ideas para hacer menos dura esta vivencia pensando en ellos, entre las herramientas que manejamos está la Integración Sensorial. ¿Todavía no sabes de qué se trata? ¡Sigue leyendo! La segunda parte de esta laaaaarga entrada os lo explica.

  • Ideas:

–     Sé más permisivo con las zonas donde se puede saltar. Si no tienes saltador… Puedes utilizar un sofá o colchón.

–    Juega con el espacio: ¿has oído hablar de la importancia de los espacios lúdicos? Es importante que sean muy variables e individualizados, siguen la iniciativa infantil.

–     Establece rutinas de actividades motrices igual que lo haces con las de “tareas académicas” pero siempre siguiendo los intereses del niño.

–     ¡Repite lo que triunfe! A ellos les encanta perfeccionar, aunque pensemos que puede llegar a ser aburrido.

Por último, confía en tu hijo SIEMPRE, y ahora más que nunca. Sólo requiere tu comprensión respecto a sus necesidades vitales y desarrollo: la infancia posee una inherente capacidad de adaptación que nos sorprenderá si estamos atentos.

Autoras: Laura Lozano e Iris Ballesteros.

Fuentes:

  • Montessori, María. El niño, el secreto de la infancia. 
  • Hoffman, Jan. Exercise May Help Protect Children From Stress. New York Times, 8 de marzo de 2013 [acceso: 16 de abril de 2013].
  • Batalla, M. Didactica Inicial. Los escenarios lúdicos: otro modo de acercar oportunidades.