Aquí os dejamos la segunda parte del artículo Movimiento y aprendizaje.
- El movimiento y el aprendizaje desde diferentes enfoques.
Como hemos dicho anteriormente, a través del movimiento el niño se relaciona con su entorno, aprende y desarrolla su cuerpo y su cerebro. Desde hace tiempo, grandes profesionales, siempre insistieron en la importancia de experimentar con el entorno para el desarrollo de las habilidades de aprendizaje. Ejemplos de estos profesionales son el psicólogo Jean Piaget, que afirmaba que mediante la actividad corporal el niño piensa, aprende, crea y afronta sus problemas; la terapeuta ocupacional Jean Ayres que defiende que la información sensorial es la base para el aprendizaje y el comportamiento o la educadora María Montessori que descubrió que los niños desde su nacimiento y hasta lo seis años tienen una predisposición natural que los impulsa a realizar actividades que los conducen al refinamiento de sus movimientos, a establecer una comunicación entre mente y cuerpo y a entender cómo funcionan sus cuerpos. Todos ellos (entre otros) coincidieron en señalar que para aprender no es suficiente observar, sino que también es necesario experimentar, es decir, tocar, sentir, pisar, oler, etc.
- ¿Qué es la Integración Sensorial?
Ayres definió la teoría de la Integración Sensorial (IS) como “el proceso neurológico que organiza las sensaciones del propio cuerpo y del medio ambiente, y hace posible usar el cuerpo efectivamente en el entorno”. Para esta autora, la IS es la capacidad que posee el Sistema Nervioso Central (SNC) de interpretar y organizar las informaciones captadas por los diversos órganos sensoriales del cuerpo y generar una respuesta adaptativa. La manera en que cada persona procesa la información que obtiene de los sistemas sensoriales es diferente, ya que depende de factores genéticos, ambientales, experiencias y en general del contexto. Desde muy temprana edad, los seres humanos reciben estímulos a través de los diferentes canales sensoriales, siendo fundamental resaltar que su “integración, más que la simple adición, es, sin duda, uno de los principales mecanismos cerebrales que nos permiten generar una representación coherente del mundo y hacer frente al torrente de información al que estamos sometidos de forma continua”. Aparentemente suena sencillo, pero lograr integrar adecuadamente los estímulos implica un complejo proceso neurológico, que permite comprender, interpretar y responder al entorno.
- Sistemas sensoriales.
La teoría de IS se centra en tres sistemas sensoriales: el táctil, tiene una función protectora y discriminativa que responde e interpreta los diversos estímulos que se encuentran en el ambiente; el vestibular, orienta en relación a la fuerza de la gravedad, permite detectar movimientos y reaccionar a los mismos; y el propioceptivo se encarga de la percepción del movimiento y del propio cuerpo, a la sensación de posición de nuestro cuerpo en el espacio.
Según lo que expresa Ayres, el reconocimiento sensorial que realiza el sujeto en sus primeras experiencias, favorece el fortalecimiento de la construcción de habilidades motoras y cognitivas, brindando las herramientas necesarias para potencializar el proceso de aprendizaje. Asimismo, estudios posteriores refuerzan la idea propuesta por Ayres, exponiendo que los primeros siete años es el periodo más importante en el proceso de IS, teniendo en cuenta dos factores fundamentales: el primero es la capacidad que presenta el cerebro para registrar sensaciones y el segundo es la capacidad aumentada con la que se cuenta para reorganizar la información obtenida; por lo tanto, éste es el período en el que las funciones sensorio-motoras se consolidan y se convierten en la base para capacidades intelectuales avanzadas, ya que el proceso de aprendizaje, está relacionado con el registro de estímulos y la capacidad de generar respuestas adaptativas.
- ¿Cómo potenciar el aprendizaje de los niños?
Para los niños, la mejor manera de aprender es jugando. Los niños tienen un impulso innato para buscar experiencias significativas en su entorno a través del juego. Emplear juegos activos mejora la atención y la memoria. Los niños necesitan moverse, jugar, explorar… Esas actividades son las que permiten a su cerebro activarse para establecer las redes neuronales en las que se asentará todo su aprendizaje. La información sensorial es necesaria para el funcionamiento del cerebro. Por lo tanto, es necesario involucrar todos los sentidos posibles, así conseguimos que el aprendizaje sea más eficaz al realizar actividades que agrupen varios sentidos a la vez. De este modo la experiencia multisensorial quedará mejor grabada en el cerebro.
- Ideas (nos vamos a centrar en actividades que trabajen sobre los 3 sistemas sensoriales mencionados anteriormente):
- Sistema vestibular: este sistema también se encarga de regular el sistema de alerta (necesario para mantener la atención en la realización de actividades). En el caso de los bebés o niños más pequeños, podemos mecerlos para regular este sistema. Con los niños más mayores, en sala solemos utilizar el columpio, pero en casa podemos utilizar una silla con ruedas o para dar vueltas (no más de 10 en cada sentido) o un patín o tabla con ruedas para estimular este sistema. Estas actividades deben realizarse antes de hacer actividades con un mayor componente cognitivo (hacer los deberes, por ejemplo). Como este sistema también se encarga del equilibrio, podemos trabajarlo a través de circuitos motores que podemos improvisar con cojines, saltando en el sofá, andando con punta-talón sobre líneas dibujadas en el suelo, etc.
- Sistema propioceptivo: este sistema nos da información sobre la posición de nuestro propio cuerpo. Podemos hacer actividades en casa con los niños que impliquen realizar fuerza o incluyan una carga de peso. Por ejemplo, ayudar a llevar la cesta de la colada, arrastrar algo con peso, utilizar Theraband o banda elástica (si tenemos) para hacer juegos, jugar a hacer la carretilla, jugar a tirar de una manta, jugar a los bolos (pueden servirnos botellas vacías) lanzando algo pesado (un saquito de arroz), jugar con las pinzas de la ropa para hacer fuerza con los dedos, etc. Estas actividades también nos preparan para otras que requieran mayor concentración.
- Sistema táctil: podemos hacer muchos juegos con texturas o táctiles en casa. Por ejemplo, sin mirar, tratar de averiguar el objeto que tenemos en la mano; meter en una caja muchos objetos y sin mirar, buscar el que nos piden; ayudar a hacer una receta que implique manipular masa u otras texturas; hacer cuentos con dibujos de animales e incluir texturas (por ejemplo, una oveja y poner algodón) para tocar después, etc.
¡Mucho ánimo y sed creativos!
Autoras: Laura Lozano e Iris Ballesteros.
- Fuentes:
- Ayres, A. Jean (1970). Sensory Integration and the Child. Western Psychological Services.
- Beaudry, I (2004). El enfoque de la Teoría de la integración sensorial: fundamentos básicos. Boletín Informativo – Asociación Española de Terapeutas Formados en el Concepto Bobath, nº 14, 7-8.
- Sonia Esperanza Serna R., Khrislie Katherine Torres L., Mayra Alejandra Torres V. Desórdenes en el procesamiento sensorial y el aprendizaje de niños preescolares y escolares.